Viña Maquis: un punto de diferencia

La chilena Viña Maquis, que ofrece vinos idiosincrásicos y añadas antiguas y nuevas a través de La Place de Bordeaux, es un referente para los coleccionistas.

Entre el creciente número de vinos finos que los négociants franceses difunden por todo el mundo en septiembre hay algo un poco diferente. Procedente de Chile, se une a las grandes denominaciones sudamericanas distribuidas a través de La Place de Bordeaux, pero se distingue por algunas razones fundamentales.

Para empezar, no procede del Valle del Maipo. Tampoco se basa en Cabernet Sauvignon. Más bien, proviene de un sitio especial en Colchagua, y sus mejores expresiones están hechas de Cabernet Franc y Carmenère, llamados Franco y Viola, respectivamente. En cuanto al productor, se trata de Viña Maquis, un nombre a seguir en el creciente mundo de los vinos de colección que maneja La Place. También es una bodega con un impresionante stock de botellas de maduración, lo que le permite lanzar añadas más antiguas junto con las más recientes - una importante fuente de prueba de que estos vinos recompensan la guarda.

Luego está el estilo de los vinos que encontrará de este productor. Elaborado con uvas procedentes de viñas viejas cultivadas sin portainjertos entre dos ríos, la materia prima de Viña Maquis es de gran calidad e inimitable. Y, elaborados con la ayuda del asesor bordelés Eric Boissenot, los vinos finales están bellamente estructurados, con taninos finos y acidez fresca, que enmarcan un núcleo de concentrados y puros sabores de bayas. En una época en la que las expresiones de gama alta pueden ser ricas y cálidas, Viña Maquis ofrece una refrescante alternativa: tintos con una agradable moderación y un impresionante potencial de envejecimiento.

Es importante destacar que Viña Maquis optó por lanzar al mismo tiempo una expresión más joven y otra más vieja de ambas etiquetas, dando a los compradores la oportunidad de probar el mismo vino con seis años más de crianza.

Los lanzamientos de este año comprenden Viña Maquis Viola y Franco 2013 y 2019, sobre los que puedes leer más abajo.

Maquis Viola, 2013

Esta versión más madura disimula admirablemente sus 10 años. Los aromas de cereza y frambuesa guisada se mezclan con los de cedro y tomillo, antes de que el paladar revele otras notas de mora y ciruela, junto con un toque de ruibarbo. Estos sabores frutales se complementan con elementos adicionales, desde caja de puros a hierbas secas, y un persistente carácter especiado de pimienta agrietada. El vino sigue siendo carnoso y afrutado, con un fino tanino seco de textura calcárea en el final. En evolución, pero lejos de estar cansado, este Carmenère finamente estructurado se bebe bien ahora, pero podría envejecer durante otra década.

Maquis Viola, 2019

Un vino de color profundo con una nariz intensa de grosella negra, pimienta en grano, tabaco y virutas de lápiz, y un paladar concentrado y firme, con abundantes sabores de mora, cereza y ciruela, tomillo seco, salvia y laurel, seguidos de una nota persistente de madera de cedro. La fruta es pura, madura y concentrada, pero sin atascos ni calidez alcohólica, y la textura es firme y fina, con un toque seco y refrescante que hace la boca agua. Un vino delicioso en su juventud, con potencial para envejecer lenta y brillantemente, lo que significa que dentro de 10 años podría estar en mejor forma que la añada 2013.

Maquis Franco, 2013

Esta expresión añeja de Cabernet Franc puro tiene aromas de frambuesa y ciruela guisada, balsámicos, hierbas secas y pétalos de rosa. En boca sigue siendo vivo, con capas de sabor que van de la cereza seca a la fresa triturada, pasando por la pimienta blanca, el tomillo y la tiza. Un poco más evolucionado que el Viola de la misma añada, este tinto carnoso y maduro está listo para beber, pero con los taninos finos y densos y la frescura para mantenerse en buenas condiciones durante unos cuantos años más.

Maquis Franco, 2019

Un tinto con atractivos aromas de frambuesa madura, ciruela fresca, algo de tomillo, pimiento, chocolate negro y cedro. En boca, a estos caracteres se unen notas de cereza y fresa carnosas, algo de pimienta blanca y hojas de frambuesa, junto con nata y cacao en polvo, y también un toque de guindilla. Una excelente expresión de Cabernet Franc puro con abundantes taninos finos y secos, que confieren un final ligeramente austero, aunque el núcleo está repleto de frutos rojos maduros, puros y concentrados. Persistente, denso y equilibrado, es un vino con un gran potencial de envejecimiento.