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Cómo el vino argentino responde a las necesidades de la Generación Z

La Generación Z son consumidores investigadores que quieren dejarse cautivar por el sabor y la autenticidad, al tiempo que valoran a las personas y al planeta. Así es como el vino argentino responde a sus necesidades.

Si alguna vez hubo un grupo demográfico que estuvo más sintonizado con lo que el vino argentino tiene para ofrecer, es la Generación Z. Conocida por su relación concienzuda con la bebida, con sus preferencias basadas en elecciones de estilo de vida y valores tanto como en identidades de marca que les hablan. ¿Cómo hacer que los consumidores de la Generación Z se inclinen? Los escuchas.

En declaraciones a db, Lorena Mulet, enóloga de Bodega Cruzat, describe el atractivo que presenta la Generación Z, pero señala que quieren saber todo sobre las marcas que aman, pero cuando encuentran algo que sí les gusta, son muy fieles. Mullet explica: "La Generación Z son personas muy curiosas que investigan, leen e investigan. Están cada vez más comprometidos".

¿Qué buscan de un vino? ¿Qué les atrae? Para empezar, el diseño y la identidad de marca tienen que ser atractivos, pero también el precio.

Lis Clément, directora de Clément Winery and Vineyards, admite que la Generación Z se siente atraída por los vinos que tienen una identidad de marca cautivadora y dice que esto puede significar cualquier cosa, desde "etiquetas llamativas y marcas vibrantes" hasta "envases que se destacan en reuniones sociales y también son un regalo impresionante".

Esencialmente, tener una identidad propia es fundamental. Pero Clément aconseja que la gente necesita "encontrar un equilibrio perfecto en el precio para que sea accesible a los entusiastas del vino de la Generación Z sin comprometer la calidad" e insinúa que "el precio óptimo para los entusiastas del vino de la Generación Z es de alrededor de 12-15 dólares".

Otro elemento que atrae a la Generación Z es la forma en que el vino argentino ilustra la autenticidad con creces. Exhibiendo empresas familiares o bodegas fundadas por mujeres o con una fuerte dosis de atractivo local.

Clément enfatiza cómo el vino argentino golpea de frente muchas tendencias de la Generación Z porque muchos defienden la procedencia, la igualdad y ponen a las personas y las comunidades al frente de todo. Como observa Clément, esencialmente, "una historia de fondo buena, bien escrita y auténtica [que] realza el atractivo del vino, especialmente para los compradores locales de la Generación Z que gravitan hacia los vinos de propiedad familiar, propiedad de mujeres o producidos localmente".

Principalmente, la clave en lo que los enólogos argentinos han sido buenos es en escuchar a los demás y seguir aprendiendo e impulsando las cosas. Es ese tipo de resiliencia y motivación lo que ya lo ha llevado tan lejos y lo ha convertido en el mercado progresista por el que es conocido.

Mulet reflexiona sobre el hecho de que Cruzat siempre está buscando formas de sacar las cosas adelante y dice que mostrar innovaciones es clave "porque el mercado vitivinícola exige que siempre estemos en movimiento, no solo con nuevos productos sino también buscando nuevos consumidores" y admite que "muchas veces, llegamos a ellos [Gen Z] con productos distintivos e innovadores", pero agrega que los enólogos argentinos han logrado llegar a ellos "sobre todo, escuchándolos".

Muchos vinos argentinos ofrecen una sensación de descubrimiento que la Generación Z anhela. Además, su viticultura ofrece una gran diversidad de sabores gracias al clima, la altitud y las variedades de uva disponibles. Clément recuerda que el vino argentino puede ofrecer tales "variedades de uva distintivas" porque "los consumidores de la Generación Z son aventureros y están ansiosos por explorar nuevos sabores" y, por lo tanto, "al mostrar variedades de uva desconocidas, un vino podría destacarse en los estantes de las tiendas y contar una historia convincente de una cultura del vino más diversa más allá de los clásicos omnipresentes", aprovechando la sed de experiencia y aventura.

Además, el cuidado de las personas y el planeta también ocupa un lugar destacado en la lista de la Generación Z. Algo que comparte con los enólogos de toda Argentina, cada uno de ellos jugando un papel en la elaboración progresiva de vinos que consideran la naturaleza en simbiosis con su oficio.

Daniela Mezzatesta, gerente de sostenibilidad y viñedos de Terrazas de los Andes explica que "para Terrazas de los Andes, nuestra comunidad está en el centro de lo que hacemos, ya que elaborar vinos para nosotros de manera integral implica cuidar a nuestra gente, a nuestras comunidades, mitigar nuestro impacto climático y regenerar nuestros suelos".

Andrés Biscaisaque, enólogo de Los Dragones, está de acuerdo y describe cómo enfatizar la cercanía que las bodegas trabajan con la naturaleza puede ser el primer paso. Biscaisaque explica: "Hace una gran diferencia trabajar de manera agroecológica, sin herbicidas, buscando la biodiversidad con corredores biológicos y servicios ecosistémicos que enriquezcan el medio ambiente" y señala que si más gente supiera de esto, podría llegar muy lejos.

Lucas Niven, enólogo de Niven Wines, señala que amplificar los elementos que atraen a la Generación Z puede ser visto por los enólogos argentinos que ya están señalando sus métodos e intenciones. Por ejemplo, como destaca Niven: "Niven Wines tiene su marca Criolla Argentina" y la "etiqueta presenta a una mujer vid", por lo que, inconscientemente, "esta ilustración muestra al consumidor que es un vino amigable con el medio ambiente".

También Niven explica cómo, además de indicar en la contraetiqueta que Niven tiene algunos significantes adicionales a sus credenciales de sostenibilidad, como "un viñedo centenario, uvas criollas autóctonas, utiliza un manejo agroecológico en el viñedo, así como la no utilización de agentes clarificantes de origen animal y sin filtración", además, Niven elabora "vino sin sulfitos añadidos o vino sin sulfitos y levaduras naturales" y a través de todas estas vías está atrayendo a Gen Z que se preocupa tanto por el planeta y el emocionante sabor natural.

El hecho de que la próxima generación esté tan embelesada con la mejora del planeta es un rasgo admirable y uno que, con suerte, se extenderá más allá de la suya y en cada generación que le sigue.

En Terrazas de los Andes, el gran nivel de comprensión que Mezzatesta aporta a este tema, la importancia de la sostenibilidad, está a un nivel impresionante.

Mezzatesta asegura que el camino recorrido por la bodega "nos ha llevado a la Certificación Orgánica Regenerativa, disminuyendo el peso de nuestras botellas, planificando la integración de energías verdes, entre otros" y muestra cómo, con determinación, hay mucho que se puede lograr.

Según otros, una forma sencilla de comunicar los valores ecológicos a la audiencia de la Generación Z es a través de envases ligeros, revela Biscaisaque: "Utilizamos botellas ecológicas, ligeras y tapones de alta calidad que protegen el vino para un almacenamiento prolongado y que además son reciclables y tienen una huella de carbono 0", explicando que "el hecho de que la botella sea ligera y pequeña significa menos kilos en el flete, reducir las emisiones y los costes asociados".

Del mismo modo, Niven Wines "utiliza botellas livianas" y menciona que "en cierto modo, el consumidor de la Generación Z piensa más en el medio ambiente cuando bebe vino que en el vino", lo que sugiere que el atractivo vitivinícola de Argentina no debería limitarse solo a su diversidad de plantaciones, sino que también debería aumentar su conciencia cuando se trata del medio ambiente. Vinos ecológicos, trabajando con la tierra.

Mulet asegura que "los consumidores entendemos que cada producto ecológico tiene un impacto positivo en el suelo, el agua, la biodiversidad, y también en lo que ingerimos" y añade que "es responsabilidad de todos dejar un mundo mejor a nuestros hijos y enseñarles el compromiso con el cuidado del medio ambiente" y esto es algo que la Generación Z entiende muy bien.

Clément se hace eco de ello y cree que "en un mercado lleno de opciones, los consumidores de la Generación Z priorizan los vinos orgánicos y sostenibles", señalando que "su demanda también lleva a la tendencia creciente de vinos naturales y de baja intervención" y es por eso que los vinos argentinos responden tan perfectamente a muchas de sus necesidades. Además, dice Biscaisaque, "sus valores en materia de sostenibilidad y conciencia ecológica fueron, desde el principio, algo importante".

Pero, ¿qué es lo que más les gusta? El brío que representa el vino argentino, de pasión, positividad y todos los valores admirables que van de la mano con la forma en que su sector vitivinícola se representa a sí mismo. Si los miembros de la Generación Z quieren reflejar quiénes son y en qué creen, no necesitan buscar muy lejos para inspirarse.

Como señala Mezzatesta: "Hacer vino en Argentina es también un ejemplo vivo de trabajar con pasión y amor por nuestra tierra. Aunque la situación económica oscila constantemente, la gente es resiliente y tiene esperanzas".

Es ese interés genuino en impulsar continuamente el cambio, mirar hacia adelante y mantenerse fuerte lo que es tan atractivo.

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