Canción de la Tierra: Lo que la COP 28 nos enseñó sobre la elaboración del vino en un clima cálido

La última Conferencia de las Partes de la ONU sobre el Clima (COP 28), celebrada en Dubai, nos instó a tomarnos en serio las emisiones de la agricultura y el uso de la tierra, informa Nick Breeze.

El 12 de diciembre, la COP 28 llegó a su fin sin pena ni gloria, con un acuerdo final sobre los combustibles fósiles muy por debajo del límite de 1,5 ºC que, según los científicos, es el límite superior del calentamiento global "seguro".

Por encima de 1,5ºC, los expertos están muy preocupados por la posibilidad de que se crucen puntos de inflexión que provoquen una pérdida irreversible de biodiversidad y la alteración de sistemas críticos de la Tierra, además de afectar a la seguridad alimentaria y la pérdida de vidas en muchas comunidades de todo el mundo.

El profesor Johan Rockström es director del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, una de las principales instituciones de investigación sobre el clima. En su intervención en la COP 28, declaró "Es realmente importante reconocer que el cambio climático y la pérdida de biodiversidad se producen a una escala tan global que estamos desestabilizando el ciclo hidrológico mundial. Lo estamos desequilibrando, y las últimas estimaciones muestran que cada 1ºC de calentamiento global añade otro 7% de humedad a la atmósfera".

Como autor principal del informe de laComisión Mundial sobre la Economía del Agua , Rockström afirmó que la cuestión del agua "se integra en toda la economía de una forma que hemos subestimado por completo, porque no sólo está en todos los bienes y servicios, sino que también interconecta a las naciones".

Esta interconexión está vinculada a través de los ríos atmosféricos y mediante el suministro de precipitaciones. Rockström prosiguió: "Argentina depende totalmente de una selva amazónica estable, porque proporciona hasta el 40% de las precipitaciones a favor del viento. China depende totalmente de una selva estable en Kazajstán, y así sucesivamente".

Rockström continuó explicando que estamos añadiendo una cantidad cada vez mayor de energía al ciclo hidrológico global, lo que garantiza un aumento de los extremos climáticos. Actualmente se calcula que estamos entre 1,2ºC y 1,5ºC de calentamiento global por encima de la media mundial preindustrial.

Como dice Rockström: "De repente, en regiones templadas del mundo, se producen aguaceros tropicales de 100 mm de precipitación, inundaciones en regiones de Alemania que nunca antes se habían registrado, y sequías profundas en otras partes del mundo, porque simplemente se produce una fluctuación creciente de extremos en el suministro de agua".

En la cata The Wine Rendez-Vous, celebrada en París en noviembre, Pierre-Jérôme Beretti, responsable de cuentas europeas de La Compagnie Burgondie, un grupo de siete bodegas cooperativas, cuatro en Borgoña y tres en Beaujolais, habló de los retos de las últimas cosechas.

El grupo produce hasta 20 millones de botellas de vino al año, de las que varios millones se envían al Reino Unido. Beretti explica que la demanda ha ido en aumento en el Reino Unido pero, debido a las "difíciles" cosechas más pequeñas de 2019, 2020 y 2021, en las que se perdió el 70% de la cosecha, el negocio ha tenido dificultades para satisfacer esa demanda.

Beretti afirma: "Entre el granizo, la sequía y ahora las heladas tardías a las que nos enfrentamos, la Chardonnay en su mayoría, así como otras variedades de uva, se ven afectadas". La empresa calcula que, por término medio, sufrirá una caída de rendimiento decenal del 5%-10%.

Sébastien Le Querec, director comercial de exportación de la Unión de Productores de Saint-Emilion (UDP), se hizo eco de esta afirmación en la misma cata y señaló que 2017 fue el año en que el cambio climático empezó a afectar gravemente a la producción.

En 2018, los productores perdieron el 20% de su cosecha a causa del mildiu, mientras que en 2019 perdieron el 15%. En los últimos cinco años, afirma Le Querec, han perdido dos años completos de producción, equivalentes a 8 millones de botellas.

En los primeros días de la COP 28 en Dubai, en un aluvión de anuncios que pretendían marcar un ritmo de grandes logros, la presidencia de la COP anunció la Declaración de los EAU sobre Agricultura Sostenible, Sistemas Alimentarios Resilientes y Acción por el Clima. En el momento de redactar este informe, 152 países la habían suscrito.

PRINCIPALES ÁMBITOS DE PREOCUPACIÓN

La Declaración de los EAU es un documento de cinco páginas en el que se esbozan las principales áreas de preocupación para las emisiones globales y la seguridad alimentaria.

En la actualidad, se calcula que la agricultura y el uso de la tierra en el mundo son responsables del 30% de las emisiones. Esto es enormemente significativo en el reto global de mantener las temperaturas por debajo de 1,5ºC. Sin embargo, en muchas zonas, el problema no son las emisiones, sino la resistencia de los sistemas alimentarios a medida que el clima se desestabiliza y los impactos extremos provocan un descenso de la producción.

Edward Davey, director del Instituto de Recursos Mundiales del Reino Unido, declaró a db que de las naciones que han suscrito la Declaración de los EAU: Si funcionan con una buena burocracia gubernamental, habrán pasado por un proceso para evaluar lo que implica, llevándolo a la cúpula del gobierno para su aprobación final".

En el período de 18 meses posterior a la COP 28, cada nación tiene la oportunidad de incorporar los sistemas alimentarios y el uso de la tierra de manera más significativa en sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, en línea con los presupuestos de carbono del Acuerdo de París.

Mientras cada país delibera sobre cómo abordar la agricultura y el uso de la tierra en su propia NDC, también tendrá en cuenta su plan nacional de adaptación y su plan nacional de biodiversidad.

Como dice el Dr. Arunabha Ghosh, experto indio en clima: "Tenemos que dar un giro en 2023 hacia una conversación común sobre el clima, la degradación del suelo y la biodiversidad".

Para lograrlo, el marco de la declaración debe interpretarse a nivel regional, que es donde tiene lugar la mayor parte de la acción. Aquí es donde los líderes locales pueden tener un gran impacto y, en términos de la declaración y con los actores regionales locales, se ha debatido mucho sobre la salud del suelo y las prácticas regenerativas, tanto para bloquear el carbono como para aumentar la resiliencia ante los desastres climáticos.

El marco en sí no es excesivamente prescriptivo en cuanto a las medidas que deben tomarse, porque cada región tendrá sus propios retos definidos a los que se enfrenta. Por ejemplo, para un grupo de países, se hará hincapié en la mitigación y, para otros más vulnerables a los extremos climáticos, en la adaptación y la resiliencia.

El Alentejo, en el sur de Portugal, es una de las regiones que está sufriendo lo peor de las sequías y las consiguientes inundaciones.

Mi experiencia de primera mano trabajando con el Programa de Sostenibilidad de los Vinos del Alentejo (WASP) me demostró que las medidas que toman no son para complacer ninguna declaración de la ONU, sino simplemente para sobrevivir.

El director de WASP, João Barroso, destaca las tensiones que han sufrido los productores este mismo año: "Ha sido una película de terror agrícola. En esta época del año, los viñedos deberían estar en período de reposo vegetativo. Sin embargo, este año, y en los últimos años, los productores están viendo cómo las vides empiezan a florecer porque las plantas están confundidas por el clima anormalmente cálido".

Y continúa: "Las olas de calor extremo han azotado el país. La región del Alentejo ha sufrido entre cuatro y cinco olas de calor en toda la región en los últimos tres años. Empiezan en abril y duran hasta octubre/noviembre".

Además, la región ha sufrido lluvias torrenciales que han provocado inundaciones históricas tanto en las zonas urbanas como en la región agrícola interior. En cuanto a la viticultura, la pérdida de rendimiento en la vendimia ha sido desigual. Algunas explotaciones situadas en las zonas más propensas a la sequía se han visto más afectadas por los veranos secos y calurosos, a lo que hay que añadir la quema por el viento.

Sin embargo, otros que han desarrollado con éxito prácticas regenerativas han conseguido aumentar su producción entre un 15% y un 20%. Barroso afirma que el aumento de los rendimientos, a pesar de la intensa sequía estival, se ha convertido en una característica habitual de las fincas vinícolas que trabajan con WASP. Atribuye esta mayor resistencia a las prácticas regenerativas que ayudan al suelo a retener la humedad y a la vida microbiana a prosperar, beneficiando a las vides.

MAYOR RESISTENCIA

En el Reino Unido, Davey afirma que el Gobierno está "a punto de estudiar las dietas en relación con el uso de la tierra, aunque sea reacio a establecer directrices estrictas en torno a la dieta por tratarse de una cuestión tan política".

Al llegar a la COP 28, conocí a Jack Curtis, de Carbon Jacked, una empresa británica que ayuda a empresas y particulares a medir y reducir sus emisiones de carbono. Curtis citó a uno de sus clientes, Rathfinny Wine Estate, que explota una gran finca en Sussex.

Como parte de una serie de medidas para aumentar la biodiversidad y reducir las emisiones, el equipo de Rathfinny ha introducido corredores de biodiversidad y se está alejando de la ganadería para recuperar la naturaleza de la tierra.

Jack destaca los esfuerzos que ha hecho el equipo de Rathfinny para implicar a los consumidores en la historia del cambio respecto al consumo de carne. Dice: "Cuando medimos por primera vez su huella de carbono, se sorprendieron bastante de la magnitud de la huella de carbono causada por la carne. Han hecho todo lo posible por abastecerse de forma sostenible, pero lo realmente importante aquí es el cambio en el uso de la tierra y las emisiones de metano del ganado".

Carbon Jacked trabajó con Rathfinny para buscar alternativas, y decidió cambiar el enfoque de la carne roja por el de la carne de caza, como el venado, además de empezar a introducir opciones veganas en el menú. Al parecer, esta transformación ha tenido una buena acogida entre los consumidores y demuestra cómo los productores pueden mostrar su liderazgo en ámbitos que benefician al medio ambiente y comunicar a sus clientes su concienciación sobre cuestiones medioambientales más amplias.

Davey está de acuerdo en que la declaración de Emiratos debe verse como una señal de los cambios que queremos ver desarrollarse durante el resto de esta década. Las empresas que están respondiendo a los retos ahora se están adelantando a la curva y están compartiendo sus progresos con los clientes, al tiempo que les informan de por qué están haciendo estos cambios y les invitan a unirse a ellos en el viaje".

Davey afirma: "Aquí todos tenemos un papel. Los líderes políticos a menudo no actúan porque los ciudadanos no se lo piden, o porque los agricultores no dicen que quieren que actúen de una determinada manera. Necesitamos un movimiento de toda la sociedad por el cambio para cumplir la declaración. Este tipo de movimiento es un movimiento internacional, pero fundamentalmente es un movimiento dentro de las fronteras nacionales".

Durante la COP 28, mantuve una videollamada con Sven Bruchfeld, enólogo de Polkura, en el valle chileno de Colchagua. Mientras caminaba entre las viñas, me describió las persistentes condiciones de sequía contra las que estaba trabajando. Polkura ha empezado a cultivar en secano, manipulando cuidadosamente las raíces de las plantas, creando corredores de biodiversidad en forma de setos y protegiendo los suelos con cultivos de cobertura.

La sequía no estaba resultando un problema demasiado grave, y Bruchfeld afirma que, aunque el nuevo embalse suponga para Polkura un mayor acceso al agua, el productor no la utilizará para la viticultura, aunque exista la posibilidad de que mejore el vino. De este modo, Bruchfeld reconoce la preciosidad del recurso y la necesidad de replantearnos nuestra relación con él.

La Declaración de los EAU puede verse como un marco para la atención, del mismo modo que reservamos asientos en un autobús para las personas mayores. Es una señal clara de que, contrariamente al resultado fallido de la COP 28 con respecto a los combustibles fósiles, la sociedad sí se preocupa.

Nick Breeze es autor de COPOUT: How governments have failed the people on climate. La editorial Ad Lib lo publicará el 14 de marzo de 2024 y ya está disponible en Amazon y en las librerías.