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Los productores del Ródano reflexionan sobre la "posición perfecta" para la sostenibilidad

Dos viticultores del Valle del Ródano ofrecen sus puntos de vista exclusivos sobre la producción sostenible en la región y sus implicaciones para los vinicultores.

Viñedos de Beaumes de Venise en verano.

La última cata de Inter Rhône en Londres permitió a los asistentes conocer de primera mano la gran diversidad de los Côtes du Rhône y sus crus asociados. Con más de 85 vinos para degustar, entre tintos, blancos, rosados y dulces de varias denominaciones de origen, fue un recordatorio para el sector vinícola del Reino Unido de la diversidad que ofrece la región del sur de Francia.

Dos enólogos presentes también demostraron diversidad. Representando a una vinicultura del Ródano bien establecida y a una nueva generación entrante, reflejaron los esfuerzos actuales del Ródano hacia la sostenibilidad y las fuerzas que la impulsan.

Maurice Goetschy, propietario de Château Boucarut junto a su esposa Saskia, es una nueva voz en el Ródano. Tras mudarse de Luxemburgo en 2017, empezaron a elaborar vinos en 2019.

Para él, la cuestión de la producción ecológica ya estaba decidida cuando compraron la propiedad. Tras comprobar que el vino ecológico "ya no se consideraba una excentricidad", sabía que la finca tenía potencial ecológico.

Además, como la viticultura está plenamente arraigada en la sociedad local, tenía sentido proteger su hogar y sus alrededores. "Vivíamos en medio de nuestros viñedos, así que pensé que tenía sentido preservar un entorno adecuado para nosotros y nuestra familia", explica.

Claude Chabran, por su parte, ofrece una perspectiva más histórica del progreso sostenible del valle del Ródano. Como presidente del grupo Rhonéa, está en el centro del sector, tras 25 años trabajando en la región. El camino hacia la plena sostenibilidad no ha sido fácil.

"Creo que el verdadero cambio se produjo entre 2010 y 2015, quizá", afirma. "Pero entonces no había mercado, así que muchos productores volvieron a la viticultura tradicional hacia 2016. Ahora, hay una nueva tendencia hacia lo orgánico durante los últimos cuatro o cinco años."

Se trata de una tendencia que ahora representa gran parte de la producción del Ródano. En la cosecha de 2022, el 28% de la superficie vitícola del valle del Ródano contaba con la certificación HVE, una marca de alto valor medioambiental. Otro 20% se cultivó de forma ecológica.

Según Chabran, representa un cambio generacional. "Tenemos una nueva generación que es más consciente de los problemas de los productos químicos, de los problemas de la viticultura intensiva y quieren volver a las tradiciones".

No obstante, reconoce que los viticultores de la región se encuentran en una posición privilegiada. "Es, diría yo, la situación perfecta para la viticultura ecológica", admite, destacando los suelos de drenaje libre y los vientos del mistral.

Goetschy está de acuerdo en que el cambio es generacional, así como resultado de los avances tecnológicos. También afirma que se trata de una nueva frontera. "A veces también es un reto para el viticultor", dice. "Gestiona la tierra y quiere ir más allá".

Si eso supone a veces un reto -Goetschy reconoce que encontrar a las personas adecuadas para el proceso más intensivo-, se está justificando en la propuesta del Valle del Ródano tanto a visitantes como a bebedores.

A medida que tanto el enoturismo como la viticultura sostenible ganan popularidad, el paisaje bien protegido atrae a visitantes y bebedores. Aunque ahora se le presta más atención, por ejemplo con el programa Vignobles Découvertes, el paisaje se ha cuidado mucho antes de que se convirtiera en tendencia.

Tomando como ejemplo la denominación Beaumes de Venise, siempre ha dado prioridad al paisaje natural. Chabran, que lleva décadas trabajando en la denominación, recuerda la exclusión de los bosques de los límites de la denominación en sus inicios, hace 18 años. Se excluyeron deliberadamente para desincentivar su desarrollo y preservar el paisaje natural.

La diversidad de denominaciones y el gran número de viticultores siguen garantizando la protección del paisaje. Como resume Goetschy, "la primera persona que protege el terreno es el propietario. Si tenemos 7.000 propietarios, tenemos 7.000 personas que harían todo lo posible por proteger y conservar la tierra".

A medida que Côtes du Rhône y sus crus asociados se adapten a las cambiantes demandas de los consumidores, la comunicación del paisaje será clave. Los proyectos actuales, como la ampliación de la producción de vino blanco a 300.000 hectolitros de aquí a 2031, se verán reforzados por el enoturismo y una mejor comprensión de las credenciales ecológicas del valle del Ródano.

Para Goetschy, los retos son importantes, pero también lo son las oportunidades. Al fin y al cabo, como destaca, el valle del Ródano es la región vinícola mediterránea más cercana al Reino Unido, lo que la convierte en una opción lógica para estilos asequibles y populares. El equilibrio entre valor, sostenibilidad y estilo es complejo de mantener, pero puede ofrecer recompensas.

Aun así, su elección de elaborar vinos en la también tiene un razonamiento más sencillo. "Al dedicarme a la agricultura, tengo más posibilidades de preservar la biodiversidad. Ver biodiversidad me hace feliz, y cuando estoy feliz trabajo mejor".

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