Cruz de Alba adopta un enfoque "prácticamente homeopático

La bodega de Ribera del Duero Cruz de Alba acaba de obtener la certificación Demeter. Su enólogo, Sergio Ávila, cuenta a db su trayectoria biodinámica.

Sergio Ávila, enólogo de Cruz de Alba, es un apasionado del trabajo con la naturaleza y acaba de obtener la certificación Demeter para la viticultura biodinámica en sus viñedos.

Para obtener esta clasificación, se evalúan diversos aspectos, como el uso y la calidad de los preparados biodinámicos, la gestión de los recursos energéticos e hídricos, la gestión del suelo, el cultivo y la integración de la agricultura en el ecosistema, así como el fomento de la biodiversidad.

En declaraciones a db , Ávila asegura que su prioridad siempre ha sido "hacer un vino honesto, sano, equilibrado y con carácter". Desde 2006 cultiva de forma ecológica sus 40 hectáreas en la milla de oro de la Ribera del Duero, y dos años más tarde dio el paso a la biodinámica, adoptando un enfoque prácticamente homeopático tanto de los viñedos como de los vinos que produce.

La decisión de obtener la certificación -que garantiza a los consumidores que los productos proceden de la agricultura biodinámica- fue, según Ávila, una forma de demostrar que podía "apoyar el sistema inmunológico de las vides mediante tratamientos no químicos".

Ávila dice que lo consiguió "fortaleciendo el suelo desde dentro" y "entendiendo las necesidades de la vid" para producir vinos con un verdadero sentido del lugar.

Los vinos de Cruz de Alba son frescos, florales y jugosos, equilibrados y elegantes, armoniosos y llenos de carácter. En su elaboración se realizan microvinificaciones para corresponder a la división de la finca en subparcelas, y sólo se utilizan levaduras autóctonas, presentes en el viñedo.