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¿Es el hidromiel el ganador de los cambios de derechos?

Parece que la hidromiel será una de las pocas beneficiarias del nuevo régimen de impuestos sobre el alcohol que entrará en vigor hoy (1 de agosto).

La pinta de hidromiel de barril bajará 9 peniques y, según un productor, el cambio de la categoría de "vino elaborado" a la de alcohol debería permitir una mayor experimentación y comercialización.

Tom Gosnell, fundador de Gosnells, afirmó que el hidromiel de barril se equipararía a la cerveza gracias al plan de desgravación y que, junto con la desgravación a los pequeños productores, "debería permitir al floreciente sector del hidromiel invertir en sí mismo".

Y añadió: "Esto es vital y oportuno, ya que ha costado mucho dinero y tiempo a empresas como Gosnells y Lyme Bay crear una 'nueva' categoría de bebidas, y el aumento de los costes y la inflación no han ayudado precisamente. Ha sido muy doloroso y los antiguos tipos impositivos no ayudaron".

"Gosnells estaba en la categoría de 'vino hecho': Así pues, esta reforma del impuesto es una bendición. Significa que se acabaron los días en los que estábamos atrapados en la rígida estructura del régimen anterior, por el que una hidromiel se gravaba igual al 6% que al 15%, lo que dificultaba comercialmente cualquier cosa que rondara el 8%, ya que, por desgracia, los consumidores alineaban el ABV con lo que algo debería costar".

Sin embargo, Gosnell afirmó que ahora que el impuesto aumentará proporcionalmente al contenido alcohólico, el sector del hidromiel tendrá "libertad para experimentar e innovar en una gama de graduaciones que refleje mejor las bebidas que querríamos producir".

Dijo que el anterior régimen "anacrónico" había ayudado al sector de la sidra, que había ayudado a multinacionales a gran escala, en lugar de a "tipos rurales rudos con mejillas de rubicón".

Gosnell comparó la nueva situación con la del ex Canciller Gordon Brown, cuyos cambios en el sistema fiscal, a través de la desgravación de las pequeñas cerveceras, incentivaron la explosión de la industria de la cerveza artesana en todo el Reino Unido.

Según él: "Esta desgravación permitió a las pequeñas fábricas de cerveza, que emplean mucha mano de obra local y a menudo venden localmente, competir más eficazmente contra las multinacionales gracias a las economías de escala de estas últimas.

"Con este espíritu, el Gobierno ha planteado esta reforma de los impuestos: un nivel básico de impuestos que intenta igualar las condiciones entre las distintas categorías y alinear los impuestos con el grado alcohólico. Esto eliminará la rareza del régimen anterior, por el que el vino se gravaba igual sin tener en cuenta su nivel de alcohol, ya fuera del 10% o del 15%".

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