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Condenado un viticultor neozelandés por contrabando de esquejes australianos

James Millton, pionero de la viticultura ecológica en Nueva Zelanda, compareció ante el tribunal, acusado de transportar ilegalmente esquejes de vid en su maleta desde Australia Meridional a Gisborne.

 

Millton, que cofundó The Millton Vineyards & Winery en Gisborne en 1984 con su ahora ex esposa Annie. La propiedad se describe como "la primera finca vinícola ecológica y biodinámica de Nueva Zelanda", con diversas variedades cultivadas, entre ellas Chenin Blanc, Chardonnay, Viognier, Riesling, Gewurztraminer y Pinot Noir.

El incidente de contrabando tuvo lugar en junio de 2019, cuando Millton voló de Adelaida a Auckland, sin declarar en su documentación que traía plantas, en este caso esquejes de vides Savagnin del viñedo de su hija en Adelaide Hills, a su país de origen, según el El New Zealand Herald.

En 2020 plantó los esquejes de Savagnin en su jardín, tratándolos previamente con sulfato de cal para eliminar cualquier patógeno, y fue en 2021, cuando los llevó a un vivero local, que los injertó para él. Millton los plantó entonces en su viñedo de Gisborne.

Fue en 2023, cuando Millton se puso en contacto con otro vivero para injertar esquejes tomados de esas cepas, cuando saltó la alarma y se contactó con el Ministerio de Industrias Primarias (MPI), que se ocupa, entre otros ámbitos, de los riesgos biológicos que supone para Nueva Zelanda.

"Hay muchas plagas y enfermedades (bacterianas, fúngicas, víricas, insectos) que, de introducirse en Nueva Zelanda, podrían afectar drásticamente a la producción de vides cultivadas para la industria vitivinícola", declaró un portavoz del MPI.

La importación de esquejes está sujeta a un riguroso procedimiento que implica, entre otras cosas, una cuarentena de 16 meses de las plantas en una instalación biosegura registrada para evitar la introducción de plagas y enfermedades foráneas.

El juicio

Ante el tribunal, el abogado de Millton, Peter Radich, intentó restar importancia al riesgo que suponían los recortes, alegando que eran "inertes".

Radich también intentó alegar que Millton no tenía intenciones comerciales con los recortes, algo que alegó el MPI.

"Es un romántico, y en el mundo de un romántico estos dos esquejes latentes no eran trozos de palo, sino cápsulas de sus sueños y caminos hacia un futuro emocionante experimentando los sabores de los vinos de calidad", argumentó Radich ante el juez del Tribunal de Distrito de Blenheim. "Era un romántico que deseaba un romance con una variedad que conoció en el extranjero".

Sin embargo, el juez Garry Barkle no se tragó este argumento y sugirió que, lejos de hacerlo por capricho, se trataba de un plan premeditado de Millton.

Barkle también afirmó que el "conocimiento de Millton sobre este importante riesgo [de bioseguridad] habría sido muy superior al del neozelandés medio".

El juez elogió a Millton por cooperar en la destrucción de los esquejes y vides infractores.

Millton fue condenado a cinco meses de detención comunitaria, lo que significa que debe permanecer en un lugar determinado y respetar el toque de queda, y se le impuso una multa de 15.000 dólares neozelandeses (7.200 libras esterlinas).

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