Por qué este nuevo club de vinos se aleja del terruño

El mes pasado, los mejores chefs y enólogos se reunieron en Milán para lanzar el club privado de vinos Domus Artium Reserve, en el que también se anunció un vino especial 50% francés, 50% italiano.

El empresario Barrett Wissman, impulsor del proyecto, sugirió que la idea fundamental del proyecto era poner juntos "a los mejores talentos del mundo": "Hemos creado un mundo de comida, eventos culturales y espectáculos en cualquier parte del mundo: puede ser en San Francisco, Nueva York o París".

La premisa de Domus Artium Reserve es un club de vinos privado, al que sólo se puede acceder por invitación, que ofrece diversas cenas, visitas y viajes exclusivos, así como acceso a prestigiosas bodegas y expertos en vino, y a casas club asociadas, la primera de las cuales es el Palazzo Ruspoli de Roma.

Carlo Cracco, anfitrión de la fiesta de presentación en su restaurante Cracco de la Galleria de Milán, galardonado con una estrella Michelin, calificó el proyecto de "maravilloso", "muy bello" y "ambicioso".

Además de Cracco, el famoso chef francés Yannick Alléno, conocido por sus restaurantes Pavyllon, y Thomas Keller, de The French Laundry, refuerzan las credenciales culinarias de la empresa. En cuanto al vino, participan el crítico Antonio Galloni y los enólogos Michel Rolland y Riccardo Cotarella.

Los socios tendrán la oportunidad de crear un vino francés o italiano con Rolland y Cotarella.

Anti-terroir

Pero para los que se debaten entre Italia y Francia, también se anunció un vino que combina lo mejor de ambos mundos.

Como parte del proyecto, Domus Artium Reserve lanzará un vino 50% francés y 50% italiano llamado Four Hands. Se trata de una colaboración creativa entre el enólogo bordelés Rolland y el destacado enólogo italiano Cotarella.

dijo Rolland sobre su asociación con Cotarella: "Cuando Barrett me llamó y me dijo que debía trabajar con Riccardo, pensé: 'Conozco a este tipo, no es un mal tipo'".

"Hay que divertirse cuando se tiene una carrera tan larga", explicó. "Solía hacer vino en 22 países distintos, no porque lo necesitara, sino por curiosidad".

"Riccardo y yo nos hemos pasado la vida en el vino, somos gente aventurera: cuando vas a un sitio, quieres ir a otro sólo para saber qué pasará y qué hay por descubrir".

De hecho, en un movimiento que podría considerarse blasfemo para cualquier vinicultor, el vino en el que trabajan Cotarella y Rolland no es, por su naturaleza de mezcla de vino italiano y francés, expresivo de un único terruño.

"Cuando estamos en Bolgheri o Pomerol, conocemos el terroir", argumentó Rolland. "Me encanta el terroir, como se puede imaginar, pero trabajando con Riccardo no tratamos de encontrar una expresión de terroir, sino algo un poco diferente. Ya tengo un vino en mi cartera que es una mezcla de cinco países".

El vino al que se refiere Rolland es Pangea, una mezcla de Cabernet Sauvignon de Napa, Malbec argentino, Merlot bordelés, Cabernet Franc sudafricano y Petit Verdot español.

Los detalles técnicos del vino en sí, como las variedades, la vinificación e incluso la procedencia exacta de la fruta, permanecen en secreto, aunque Cotarella lo describió como representativo de "las grandes historias" de Italia y Francia. Una caja de seis botellas costará 3.650 dólares a quienes se hagan con una asignación.

Rolland también colaborará con Keller en una mezcla bordelesa que se venderá en algunos de los mejores restaurantes del chef, como The French Laundry y Per Se, así como a través de una lista de espera, con una caja de seis unidades que costará 1.380 dólares.

¿Estilo sobre sustancia?

Dadas las celebridades que respaldan el proyecto, en la conferencia surgieron dudas sobre si se trata de un proyecto excesivamente dependiente de sus famosos fundadores.

Wissman insistió en que Domus Artium Reserve honra la "cultura y tradición" del vino: "En Estados Unidos, el 80% de estos vinos [respaldados por famosos] no tienen éxito porque no son productos de calidad. Jay-Z ha tenido un gran éxito con su champán Armand de Brignac porque entiende la cultura de los clubes nocturnos, pero ser famoso no es garantía de éxito".

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