Bottega apuesta por el oro

Obtenido a partir de la vinificación de uvas Glera, y procedente de la localidad italiana de Valdobbiadene, Bottega Gold es un Prosecco Doc Brut que resalta la maravillosa efervescencia de la zona. 

En 2019, Le Colline del Prosecco di Conegliano e Valdobbiadene fue inscrita como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. tsta zona se encuentra por debajo de la zona alpino-dolomítica del Véneto. Se caracteriza por un clima perfecto para esta variedad de uva autóctona. Los viñedos están situados en una zona de colinas, en un área de alto valor paisajístico con gran tradición vinícola. Las uvas se vendimian a mano y se prensan delicadamente en la bodega.

El mosto obtenido se conserva en recipientes de acero a baja temperatura, para preservar inalterada su frescura. A continuación, se fermenta en autoclave durante casi 40 días a una temperatura controlada de 14-15° C con la adición de levaduras seleccionadas (método Charmat).

Bottega Gold se caracteriza por sus aromas intensos y afrutados de manzana, pera y frutas exóticas y por su sabor fresco con un regusto seco y afrutado. Perfecto como aperitivo, se presta muy bien a la preparación de sabrosos cócteles (Bellini, Rossini). También es un vino espumoso para toda la comida: desde los aperitivos, pasando por primeros platos de cualquier tipo y platos principales a base de pescado.

La botella, con su inconfundible librea dorada, se fabrica con un exclusivo proceso de metalización, gracias al cual el color dorado se convierte en parte integrante de la superficie externa del vidrio. Distintiva y original, se ha convertido en un icono del gusto apreciado en todo el mundo como expresión del mejor "Made in Italy".

La botella también está disponible en versiones Birillo (20 cl), Magnum (150 cl) y Jeroboam (300 cl). Este producto, distribuido en vinotecas, lounge bars, hoteles y puntos de venta duty free de los principales aeropuertos, representa una opción interesante para los brindis de Navidad y Año Nuevo.

Desde hace muchos años, la bodega Bottega se ha comprometido con la sostenibilidad, que puede dar lugar a resultados reales y concretos de reducción del impacto en el medio ambiente, la sociedad y la economía.

El objetivo no es sólo preventivo, es decir, limitar los daños, sino también positivo, para conseguir una mejora generalizada en el ámbito de la propia empresa.

Esta sensibilidad es en realidad un deber para una empresa vitivinícola que extrae riqueza de la tierra y de sus productos y que, por tanto, está obligada a devolver algo a la tierra, para que el ciclo natural siga completándose en armonía, permitiendo a la propia empresa seguir extrayendo y distribuyendo riqueza.