Vinos de Provenza: a la cabeza

Aunque a menudo imitado, el rosado de Provenza sigue gozando de un caché único. ¿Cómo se convirtió un vino local del sur de Francia en un icono mundial?

Piense en el rosado de Provenza y le vendrá a la mente un cierto estilo de vida: cielos azules, buena comida y reuniones con amigos. Es una imagen construida sobre una reputación de vinos de alta calidad y décadas de experiencia. Aunque hoy en día se elaboran rosados pálidos, secos y versátiles en muchas regiones del mundo, este rincón del sur de Francia se distingue de los demás. Con su combinación única de clima, terruño y destreza vinícola, la Provenza demuestra que no todo se puede imitar.

Un enfoque claro ayuda. A diferencia de la mayoría de las regiones productoras de vino, el rosado no es una ocurrencia tardía ni un proyecto secundario. Entre las tres DOP -Côtes de Provence, Coteaux d'Aix-en-Provence y Coteaux Varois en Provence-, la región produjo más de 150 millones de botellas de rosado en 2022. Esto representa el 90 % de la producción total de la zona, una rareza dado que la mayoría de las regiones se centran en los vinos tintos y blancos.

Este enfoque no es casual. Los cielos azules y los días cálidos que son perfectos para degustar los vinos de Provenza también lo son para crearlos. La escasa pluviosidad mantiene sanas las uvas, mientras que el cálido clima mediterráneo permite una maduración fiable y constante. Tanto la altitud como la exposición al mar traen vientos refrescantes a toda la región, que mantienen la frescura en el viñedo. En conjunto, estos factores permiten una cosecha sana, hollejos maduros y una acidez brillante, y hacen que el clima de la Provenza sea ideal para el rosado.

El terruño también es vital. Los bellos paisajes, famosos por su costa virgen y sus colinas escarpadas y aptas para el senderismo, son tan adecuados para la elaboración de vino rosado como para las vacaciones. La región está marcada por un terreno ondulado que ofrece una amplia gama de condiciones. Desde los viñedos marítimos de La Londe hasta las estribaciones alpinas más al norte, la Provenza ofrece una amplia gama de parajes que pueden mezclarse en sus elegantes rosados. La combinación de terruño y variedades de uva -principalmente garnacha, syrah y cinsault, pero también variedades locales como mourvèdre, cariñena y tibouren- ofrece innumerables variables a los productores. Con tantas opciones, hay matices distintivos incluso dentro del estilo propio de la región.

Con semejante ventaja natural, los productores llevan 50 años perfeccionando sus métodos. El viaje comenzó con la primera denominación, Côtes de Provence AOP, reconocida en 1977 y punta de lanza de las mejoras de calidad. En la actualidad, la investigación de vanguardia se lleva a cabo en el Centre du Rosé, la única instalación del mundo dedicada a la investigación y el desarrollo del rosado. En las tres denominaciones de origen, los vinicultores adaptan el método al estilo de la región, utilizando con sensibilidad técnicas como la maceración en frío, el prensado directo y la vendimia nocturna. A medida que surgen nuevos retos, siguen siendo líderes mundiales en la producción de rosado. Las denominaciones piden que todos los viñedos de Provenza tengan acreditación medioambiental en 2030, fomentando la biodiversidad y siendo pioneros en variedades alternativas en un clima que se calienta.

Añada tras añada, frente a una competencia feroz, los productores demuestran que en ningún lugar se hace vino como en Provenza. Estos vinos frescos, complejos y con textura se han convertido en sinónimo de rosado de calidad, el producto único de una región especial.

Más información en: www.vinsdeprovence.com