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Los consumidores consideran que comprar vino es "una experiencia estresante
Los compradores de vino gastan un tercio más en impresionar a los invitados que en impresionarse a sí mismos, y al 23% la compra le resulta estresante, según un estudio de la cadena británica Lidl.
El estudio realizado por la empresa de supermercados entre 2.000 consumidores también reveló que el consumidor medio gastará 9 libras en una botella para sí mismo, pero que gastará más para los invitados, hasta 12,50 libras por una botella más cara.
Curiosamente, más de una quinta parte -el 23%- vive una experiencia estresante y el 51% de los que afirman tener esa sensación dice que hay demasiadas opciones. Casi la mitad, el 46%, no sabe distinguir una botella buena de una mala y un tercio está "simplemente desconcertado por la jerga del vino".
Además, el 44% gastará más en invitados en Navidad, porcentaje que se eleva al 56% cuando se trata de comprar un regalo para alguien. Más de una cuarta parte, el 27%, también piensa que las etiquetas premium son de mejor calidad.
La mitad de los bebedores también se aferran a lo que conocen y eligen una botella en función del lugar de producción, así como de la oferta. Alrededor de una cuarta parte, el 23%, tiene una botella "de cabecera" y casi una quinta parte la elige únicamente por el atractivo de la etiqueta.
En cuanto a los motivos que llevan a los consumidores a tomar tales decisiones, unas tres cuartas partes gastan más porque quieren una botella cara para celebrar una ocasión especial, y más de un tercio -el 35%- lo hace simplemente para impresionar a los invitados.
Una cuarta parte quiere saber más sobre el vino y un tercio afirma que experimentaría más si tuviera los conocimientos necesarios.
En cuanto a las tendencias, el 39% afirma que bebe rosado todo el año, a un porcentaje similar no le importa si la botella tiene tapón de corcho o de rosca y beberá champán en cualquier copa, no sólo en una flauta. Casi un tercio enfría las botellas de vino tinto o pone cubitos de hielo en la bebida, y considera que la etiqueta del vino es snob.
Lidl pone en marcha sus eventos Chateaux Noir, cuyo objetivo es "democratizar" el vino mediante catas en total oscuridad.