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La cerveza podría tener "mayores efectos que los probióticos", según los científicos

Beber cerveza con moderación podría ser bueno para el intestino y la inmunidad, al estimular la diversidad de la microbiota, según una nueva revisión nutricional.

Los resultados, publicados recientemente por Nutraingredientsdestacan que la cerveza contiene un conjunto de compuestos beneficiosos y citan a investigadores de Bélgica, China, Portugal, Rumanía y España que han contribuido a publicaciones científicas que defienden que la cerveza es beneficiosa para el microbioma intestinal.

La información facilitada, detallada en el último volumen de la revista Fronteras de la Nutriciónse afirmaba que científicos del Departamento de Microecología de la Universidad Médica de Dalian (China) habían descubierto que "debido a la conversión de los sustratos de la cerveza, la formación de productos finales bioactivos y la presencia de microorganismos, algunos de sus componentes ejercen efectos 'similares' o incluso superiores a los de los probióticos".

La revisión explicaba: "Como bebida fermentada de larga tradición, la cerveza es rica en muchos aminoácidos esenciales, vitaminas, oligoelementos y sustancias bioactivas que intervienen en la regulación de muchas funciones fisiológicas humanas. Los polifenoles de la malta y el lúpulo de la cerveza también son importantes compuestos activos que interactúan en ambas direcciones con el microbioma intestinal."

Según los científicos nutricionistas, estudios anteriores han investigado cómo estos "bioactivos de la cerveza" pueden ayudar a prevenir la arteriosclerosis y las cardiopatías, mejorar la circulación sanguínea y la función inmunitaria, favorecer los efectos antioxidantes y antienvejecimiento, promover la producción de estrógenos, conferir beneficios cardioprotectores y reducir los daños causados por la radiación.

Además, la investigación destacaba que el consenso entre los ensayos previos en animales y humanos mostraba que el consumo bajo o moderado de cerveza, con o sin alcohol, favorece una función inmunitaria saludable y subrayaba en la revisión que "cuando la cerveza se consume con moderación, los fenoles y otros nutrientes que contiene son fermentados y descompuestos por la comunidad microbiana que reside en la capa mucosa externa del intestino. Este milagroso proceso digestivo produce un gran número de metabolitos que, a través de la interacción de múltiples microorganismos en la mucosa interna, promueven a su vez cambios en la abundancia de flora beneficiosa, ejerciendo una serie de efectos antiinflamatorios, antioxidantes e inmunomoduladores".

La revisión también sugería que estos "efectos inmunomoduladores" podrían atribuirse a "la interacción entre los polifenoles, la fibra y el etanol de la cerveza, ya que trabajan juntos para potenciar el desarrollo de un microbioma intestinal sano", pero admitía que los resultados exigían más estudios para confirmar si "la cerveza puede utilizarse como regulador microecológico en el futuro".

Y añadía: "Combinando estos resultados de estudios en humanos y animales, existe consenso en que el consumo moderado de cerveza tiene un efecto beneficioso sobre el sistema inmunitario en comparación con los estados de abuso o abstinencia de alcohol".

Los científicos señalaron que, aunque "el consumo de alcohol, como parte de los hábitos de la mayoría de las personas, ha sido controvertido en cuanto a sus efectos sobre la salud humana [porque] si se consume de forma inadecuada o en exceso, puede desencadenar reacciones tóxicas y cargas sociales para la salud", sin embargo hay algo más que eso.

Por ejemplo, los científicos señalaron que "cuando el consumo de alcohol se controla dentro de límites seguros, los efectos combinados del alcohol y otros componentes del metabolismo sobre la flora intestinal merecen un análisis más exhaustivo".

Teniendo en cuenta los resultados de la revisión, los científicos sugirieron que hay argumentos para pensar que "las cervezas con poco o ningún alcohol son buenas candidatas a alimentos funcionales" e insinuaron que, en el futuro, podrían sacarse al mercado variantes de productos como las "cervezas saludables", que podrían "elaborarse enriqueciéndolas con sustancias bioactivas como fibra, antioxidantes y probióticos", ya que "aportarían beneficios para la salud de los consumidores".

Como reflexión final, los científicos se preguntaron si "la cerveza puede utilizarse en el futuro como regulador microecológico o incluso como terapia alternativa para enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes y la obesidad" y observaron que es "una cuestión que merece más investigación".

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