Tavignano, Verdicchio y Le Marche: una cuestión de tiempo

Si se detiene a pensar en las fuentes del buen vino italiano, es probable que le vengan a la cabeza algunos nombres: Chianti Classico, Barolo, Sangiovese, Nebbiolo, Brunello, Bolgheri. Pero, ¿y Verdicchio? ¿Y Le Marche? Richard Woodard descubre los vinos blancos de Tenuta di Tavignano.

Cuando se trata de establecer las credenciales de vino fino de una variedad de uva poco conocida de una parte del mundo relativamente desconocida, la paciencia es un requisito previo. Han pasado 50 años desde que Stefano Aymerich di Laconi y Beatrice Lucangeli fundaron Tenuta di Tavignano, en la región italiana de Le Marche, y más de 30 desde que di Laconi plantó los mejores clones de Verdicchio en el viñedo de Misco, y sigue siendo un trabajo en curso.

"Las Marcas eran entonces más conocidas por crear vinos fáciles de beber, y quizá las bodegas que tenían un objetivo más alto plantaban Sauvignon Blanc o Chardonnay -uvas internacionales, nada Verdicchio- para hacer vinos finos", dice Ondine de la Feld, actual consejera delegada de Tavignano, una antigua arquitecta sobrina de di Laconi y Lucangeli.

Si la gente recuerda el Verdicchio dei Castelli di Jesi, es como fuente de vinos fáciles de beber y de bolsillo, como los de Fazi Battaglia, envasados en esas llamativas botellas verdes de curvas sinuosas que hablan el mismo lenguaje visual sencillo que los fiasci del Chianti de la vieja escuela. Otros han intentado hacer algo más serio con la variedad -Bucci es un ejemplo-, pero hasta ahora no se ha conseguido darla a conocer.

"El problema de Las Marcas es que mucha gente, incluso en Italia, no sabe dónde están", dice de la Feld. Y, si los italianos no la encuentran, ¿qué posibilidades hay de que los compradores de vino visiten una región que está a cuatro horas de la Toscana? "Puede que en las Marcas conozcan dos o tres vinos, pero no es suficiente, así que no van allí", dice de la Feld.

Pero Tenuta di Tavignano persiste, respetando lo que di Laconi describió como el "potencial infinito" del Verdicchio, y las peculiares propiedades del viñedo Misco, de tres hectáreas, que toma su nombre del cercano río Musone (Miscus en latín). Misco está situado a 350 m de altitud, en la parte sur de la zona de Castelli dei Jesi, llena de castillos, y a 35 km del Adriático, refrescado por vientos del este (la Bora de los Balcanes) y del oeste (los Apeninos).

El viñedo tiene una buena variación térmica diurna y suelos arcillo-calcáreos, llenos de fósiles: esta tierra estuvo bajo el mar hace milenios. Junto con los vientos refrescantes, esto confiere al Verdicchio de Misco su característica sapidez y carácter mineral.

Si la paciencia es un requisito previo para labrarse la reputación internacional de estos vinos, lo mismo ocurre, a más corto plazo, con la propia variedad. "A veces, el Verdicchio cuando es un poco joven puede resultar un poco plano", admite de la Feld. El Verdicchio joven es agradable y tiene la sapidez y la acidez adecuadas; se puede beber con cualquier cosa, pero no es nada del otro mundo".

"Creemos que la verdadera expresión del Verdicchio se produce con el desarrollo de los aromas secundarios y terciarios. Se puede tener la impresión de madera: gorda, redonda, eléctrica, con gran sapidez. En realidad es sólo cuestión de tiempo".

Misco se fermenta con una mezcla de levaduras autóctonas y seleccionadas, y pasa hasta 12 meses sobre lías, mientras que Misco Riserva permanece 18 meses sobre lías y 15 meses en botella. A diferencia de otros Verdicchios de gama alta, aquí no hay roble, sino acero inoxidable.

En la última década se han dado condiciones de añada contrastadas, desde las lluvias "tropicales" de 2018 hasta el fresco y húmedo 2014 y el excesivo calor de 2017. Mientras tanto, 2015 fue "el año perfecto", dice de la Feld -lo que dio lugar a que el Misco Riserva de ese año fuera nombrado mejor vino blanco de Italia por Gambero Rosso en 2017- y 2013 sigue siendo vibrante y punzante una década después.

Hay algo ligeramente contraintuitivo en el estilo: un vino blanco con hombros anchos, cuerpo y percepciones de tanino, que de la Feld recomienda servir a 13C o incluso más caliente. "Lo llamamos el tinto vestido de blanco", dice. "Si lo bebes demasiado frío, pierdes el elemento de salinidad y sólo te queda el amargor". En Le Marche, añade, se bebe todo el año para acompañar la abundante comida local: embutidos, lasaña de ternera y cerdo, quesos curados en cuevas.

En este contexto, no es de extrañar que el éxito de Tavignano y Verdicchio haya sido relativamente lento. "Verdicchio es un poco difícil", reflexiona De la Feld. "Todo el mundo recuerda Verdicchio con un bonito precio bajo para el supermercado. Cuando llegamos con un precio un poco más alto, dicen que es demasiado caro... y ni siquiera llegas a abrir la botella".

Pero el primer obstáculo fue creer en los propios vinos. "Para nosotros, el [Misco Riserva] más antiguo es de 2009 y sigue siendo interesante; también el de 2011", dice de la Feld. "Antes de eso, nunca pensamos que pudiera ser posible. Era un milagro que pudiéramos vender las añadas más antiguas.

"Cuando empezamos con el 13" -de la Feld se incorporó al negocio en 2014- "hacíamos 1.000 botellas de riserva y era difícil venderlas. Ahora son de 3.000 a 6.000 botellas y podría ser difícil atender realmente a todos nuestros clientes." Las añadas más antiguas se venden ahora directamente a particulares.

Y lo que es más importante, cada vez son más los productores que persiguen un enfoque de calidad similar en la región y con la variedad. Los viticultores más jóvenes están plantando nuevos viñedos y realizando grandes inversiones, pero también ellos deben mantener la calma, afirma de la Feld.

"Cuesta mucho volver a esto porque el mercado no reconoce lo caro que es", afirma. "A algunos les entra el pánico y empiezan a vender botellas a bajo precio... pero muchos productores quieren hacerlo. Se sacrifican y pierden dinero, pero no quieren abandonar. Viajan mucho como nosotros, siendo embajadores de lo que hacemos. Creo que tiene que ocurrir".

Tras años de duro trabajo, ahora se respira una sensación de progreso en Le Marche. El aeropuerto de Ancona ha reabierto sus puertas con vuelos de easyJet este verano, y los restaurantes locales se están ganando una reputación cada vez mayor por su cocina sencilla y de alta calidad a precios razonables. Cada vez se presta más atención a la resonancia histórica y cultural del nombre Castelli dei Jesi, además de a las cualidades del propio Verdicchio.

"Ahora está cambiando", dice de la Feld. "De momento, todavía hay una puerta un poco cerrada para esto. Pero quizá ahora que los vinos franceses son tan caros, tengamos una oportunidad. Estamos convencidos de que la calidad es suficiente para competir... Todos los sumilleres dicen que Verdicchio es nuestro mejor vino. Sólo hay que conseguir que esto llegue al consumidor final".

Petersham Cellar vende en el Reino Unido varias añadas de Misco Riserva y otros vinos de Tenuta di Tavignano.