Artadi explica por qué el cultivo ecológico es clave para expresar el terruño

Tras retirarse de la DO Rioja en 2015, el productor de vinos finos Artadi se ha labrado su reputación fuera de la DO por sus vinos ecológicos de fruta que se centran en expresar el terruño. Arabella Mileham habla con la familia López de Lacalle sobre su enfoque de la viticultura "honesta" basado en la mínima intervención. 

Paseando por los viñedos de Bodegas y Viñedos Artadi, a las afueras de Laguardia, en la Rioja Alavesa, no se puede pasar por alto la filosofía que hay detrás de los excelentes vinos de la finca.

Esta bodega familiar es una anomalía en la famosa región española, ya que se retiró de la DO Rioja en 2015. Desde entonces, ha seguido concentrándose en sus vinos de terruño procedentes de parcelas de viñedo único cultivadas de forma ecológica y biodinámica desde 2002 (con certificación ecológica desde 2016).

Artadi fue fundada en 1985 por Juan Carlos López de Lacalle, enólogo de cuarta generación, como una cooperativa con otros viticultores entre viñedos bien situados entre Laguardia y Elvillar de Álava, pero en 1992 la familia Lacalle y Laorden compró la bodega y 56 hectáreas de viñedos de Tempranillo y Viura, y se dispuso a introducir una nueva filosofía y estilo de elaboración del vino.

En 10 años, la finca se había convertido a la producción ecológica, una filosofía que ha guiado desde entonces.

La directora comercial y de exportación, Ana Isabel Rodríguez, que lleva 27 años en la empresa, admite que aunque fue duro retirarse de la DO, ya que la finca está firmemente arraigada en Rioja Alavesa, tenía sentido para el futuro de la empresa. No sólo por el tamaño de la DOCa -que se extiende a lo largo de 75 millas de noroeste a sureste, abarcando multitud de microclimas y suelos diferentes-, sino también porque su sistema de clasificación se centra en la maduración de los vinos más que en el terroir en el que se centra Artadi (aunque la DOCa ha introducido desde entonces nuevas categorías geográficas, como "Viñedos Singulares" y "Vino de Municipio", que Rodríguez califica de "primer paso").

Salir de la clasificación ha hecho reflexionar a la gente, sobre todo a los jóvenes viticultores, afirma. Sin embargo, tardarán en comprender las posibilidades de la región y lo que hace diferente a Artadi, que se centra en el terruño y la producción ecológica.

"Lleva tiempo, paso a paso, pero creemos que va a formar parte del futuro de esta región", afirma. "Si quieres conseguir el perfil y el carácter del vino, los vinos honestos, cultivar uvas de forma ecológica es imprescindible".

Como señaló López de Lacalle en la cata en primeur de la añada 2022 celebrada en la bodega en mayo, sus vinos "no necesitan ser mejores, sólo necesitan ser diferentes, necesitan expresarse".

Dijo: "Queremos que la gente disfrute de la diferencia, la diversidad y la biodiversidad creadas por la naturaleza".

El agrónomo asesor Julián Palacios, director técnico de Viticultura Viva, que colabora estrechamente con Artadi, explicó el concepto como "viticultura honesta": la expresión de un paisaje, un terruño y un origen únicos que llevan a los suelos, las vides y el clima a un equilibrio natural.

"Este concepto de terroir es clave para entender la viticultura", explicó Palacios. "El suelo es fundamental y gestionar la materia orgánica es primordial".

El equipo se considera parte del entorno vivo. La cubierta de hierba en invierno favorece a los microorganismos, mientras que el respeto de la estructura del suelo sin rotavator fomenta "suelos vivos" que garantizan una mayor resistencia frente a las sequías o la erosión del suelo causada por las tormentas de lluvia. En algunos viñedos, como su buque insignia, El Pisón, plantado por el abuelo de Juan Carlos, Jenaro San Pedro, en 1945, se han plantado árboles frutales y rosales como sistema de alerta temprana de plagas.

Sin embargo, este enfoque es caro y requiere más intervención y cuidado en el viñedo que los viticultores que "toman atajos" para "maximizar los rendimientos y reducir los costes", afirma Palacios.

La viticultura y la enología consisten en "mirar mucho pero no tocar mucho", coincide López de Lacalle. En este caso, los avances en meteorología han supuesto una revolución tecnológica. Una previsión fiable y un registro preciso permiten al equipo anticiparse a los fenómenos climáticos y tomar decisiones "lo antes posible", como decidir cuándo podar en verde o utilizar tratamientos orgánicos permitidos.

Intervención mínima

El vino en sí también se elabora con una intervención mínima, pero las técnicas han evolucionado con el tiempo, como explica Carlos López de Lacalle, enólogo e hijo de Juan Carlos. Carlos se hizo cargo del día a día del negocio junto a sus hermanas, Marian, responsable de marketing, y Patricia, consejera delegada.

"Conservamos mucha fruta, muchos aromas primarios", afirma Carlos, que señala que el uso de roble francés nuevo ha disminuido significativamente en los últimos 20 años (del 100% al 20%) junto con un cambio a barricas de roble más grandes, de 300 a 500 litros (tradicionalmente en Rioja se utilizan barricas de roble de 225 litros). Los vinos envejecen entre ocho y diez meses, lo que permite al Tempranillo mostrar su elocuencia.

"Siempre intentamos mantener el aspecto frutal, ya que es nuestra firma en Artadi, pero queremos dejar que los vinos evolucionen", explica. "En inglés se dice 'aging' the wine, pero la palabra que utilizan los enólogos franceses es 'élevage', que significa 'criar', como a un niño".

La tempranillo es una variedad de uva que suele tener una larga capacidad de envejecimiento, pero a Carlos no le gusta decir cuándo un vino alcanzará su "punto álgido". Sin embargo, los vinos de Artadi, que incluyen dos Viñas de Gain (blanco de Viura y tinto de Tempranillo), y las expresiones de viñedo único La Hoya, Quintanilla, y Poza de Ballesteros en Elvillar y Valdegines, San Lazaro, El Carretil y el buque insignia El Pisón- realmente brillan después de al menos 10 años en botella.