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Los VIP, exentos de la prohibición de consumir alcohol en los estadios de los Juegos Olímpicos de París

Los organizadores de los Juegos Olímpicos de París no han solicitado una excepción a la ley francesa que prohíbe la venta de alcohol en los estadios, pero se seguirá sirviendo a los VIP.

La ley, llamada "Ley Evin" en honor al ministro de Sanidad francés que introdujo la legislación sobre la comercialización y el consumo controlados de tabaco y alcohol, significa que el público general de los estadios de los Juegos Olímpicos de París del próximo verano no podrá beber alcohol.

Pero la misma norma no se aplica a la hospitalidad VIP en los eventos, lo que significa que se puede seguir sirviendo alcohol en esas zonas.

En la Copa del Mundo de Rugby de este año, que también se celebrará en Francia, los aficionados podrán beber en los estadios, ya que los organizadores negociaron una exención, de forma similar a la final de la Liga de Campeones del año pasado en el Stade de France de París, aunque se prohibió beber y comprar alcohol en los espacios públicos de los alrededores del estadio.

Según Reuters, un portavoz de los Juegos Olímpicos de París declaró que la "estricta aplicación" de la legislación francesa les impedía solicitar una exención, debido a la magnitud de las Olimpiadas, en las que se celebran 700 competiciones a lo largo de 15 días en diversas sedes de París y del país.

En consecuencia, la solicitud habría exigido una modificación de toda la legislación francesa para dar cabida al acontecimiento.

El año pasado, cuando faltaban pocos días para el inicio del certamen, la FIFA impuso restricciones de última hora a la venta de alcohol en ocho estadios del Mundial de Qatar, lo que obligó a la marca de cerveza Budweiser a trasladarse al exterior, antes de prohibir por completo la venta de alcohol en los estadios de todo el evento.

Macron

La noticia se produce después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, se viera envuelto en un debate sobre la "masculinidad tóxica" mientras bebía una botella de cerveza en un estadio deportivo.

El incidente se produjo cuando Macron fue filmado en el vestuario del equipo de rugby de Toulouse, donde fue llamado por los jugadores para beber una botella de Corona.

A continuación, se tomó la copa, entre cánticos del equipo, en 17 segundos.

El vídeo no tardó en circular por las redes sociales, donde creó una polémica entre grupos de parlamentarios opuestos sobre si se consideraba o no que reforzaba los estereotipos sobre la masculinidad tóxica.

Macron es un gran defensor del sector vinícola francés, y ya ha comentado en otras ocasiones que tomaba una copa de vino al mediodía y por la noche.

El debate sobre el consumo de cerveza de Macron salpicó a los canales de noticias, donde se debatió si el Presidente estaba dando un ejemplo bueno y saludable, así como si era un ejemplo de masculinidad tóxica.

Es la continuación de anteriores ataques a Macron por su consumo de alcohol. En 2018, fue criticado por su consumo de vino por una destacada epidemióloga. Los 14 vasos de vino a la semana de Macron, uno con el almuerzo y la cena cada día, no son saludables, afirma la epidemióloga francesa Catherine Hill. Anteriormente formó parte del consejo científico asesor de la Agence du Médicament.

Hill recomendó a Macron que se limitara a 10 vasos por semana. Su consumo actual de 14 vasos a la semana está en línea con la media nacional francesa.

El debate sobre la predilección de los franceses por el vino llegó a su punto álgido cuando nueve médicos publicaron entonces una carta abierta en Le Figaro.

Afirmaron que los comentarios de Macron y su gobierno sobre los beneficios del vino para la salud eran engañosos y pidieron una normativa más estricta.

El alcohol provoca unas 50.000 muertes al año en Francia, añadieron.

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