Una mujer sobrevive cinco días en la sabana australiana a base de vino y dulces

Una mujer de 48 años sobrevivió a quedarse tirada en un bosque australiano gracias a unas piruletas y una botella de vino, a pesar de ser abstemia.

Lillian Ip, residente en Cheltenham, suburbio de Melbourne, estaba de vacaciones en Bright, Victoria, cuando se produjo el desastre el domingo 30 de abril.

Con la intención de conducir hasta la presa de Dartmouth, se equivocó de camino y se metió en una carretera de tierra sin salida. Al intentar dar la vuelta, el coche se empantanó en el barro.

Sus seres queridos dieron la voz de alarma esa tarde, cuando Ip no llamó, ya que se encontraba fuera del alcance de la señal de un teléfono móvil.

Ip fue descubierta el viernes, cuando el ala aérea de la policía divisó el coche de Ip mientras rastreaba los matorrales de Mitta Mitta en su busca.

El sargento Martin Torpey, de la comisaría de Wodonga, declaró: "Lillian fue encontrada a unos 60 km de la ciudad más cercana y, debido a sus problemas de salud, no podía caminar en busca de ayuda, por lo que permaneció junto a su coche. Hizo gala de un gran sentido común al quedarse en el coche y no adentrarse en los matorrales, lo que ayudó a la policía a encontrarla".

En cuanto a las provisiones de Ip, Torpey dijo: "Sólo planeaba un viaje de un día, así que sólo había llevado un par de tentempiés y caramelos, pero nada de agua".

"El único líquido que Lillian, que no bebe, llevaba consigo era una botella de vino que había comprado como regalo para su madre, así que eso la ayudó a salir adelante", explicó Torpey.

Se desconoce exactamente qué vino bebió Ip en esas circunstancias desesperadas.

Al parecer, Ip se encontraba "sana y salva" en el momento del hallazgo. Tras su terrible experiencia, fue trasladada a un hospital para ser tratada por deshidratación.

No es el único ejemplo reciente de cómo el vino puede salvar a un australiano en una situación de supervivencia. El año pasado, un hombre que se paró sobre el pez más venenoso del océano renunció a los analgésicos en favor de una botella de vino tinto.