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El futuro de la cerveza está en su cabeza espumosa
Un nuevo descubrimiento científico relacionado con la espuma de la cerveza podría cambiar la forma de servir las mejores pintas en el futuro.
En un reciente estudio publicado por Physics of Fluids, el autor principal, el Dr. Wenjing Lyu, del Instituto Americano de Física, explicaba cómo un nuevo sistema de roscado "ascendente", en el que una boquilla empuja hacia arriba un imán, podría "ayudar a controlar la formación de espuma, reducir el consumo y el tiempo de vertido y mejorar la eficacia global del proceso".
Como ya saben la mayoría de los cerveceros y camareros, la espuma de una cerveza se genera en los primeros momentos del vertido, pero la cristalería, la temperatura, el grifo, la forma de la chispa y la presión de la boquilla contribuyen a producir una espuma óptima. Sin embargo, Lyu señala que podría haber más precisión a la hora de conseguir el vertido perfecto. Para ello, el estudio experimentó con un modelo informático de nuevo desarrollo que demostró que la fase líquida de la cerveza puede empezar después de producirse la espuma, no antes.
En el estudio, Lyu observó cómo "sólo se generaba espuma al principio de las primeras fracciones de segundo. A medida que avanzaba el proceso de vertido, se desarrollaba la fase de cerveza líquida. Cuando el proceso de vertido se detuvo y las burbujas de CO2 ascendieron gradualmente hacia la fase de espuma, la fase de cerveza líquida aumentó y la fase de espuma disminuyó lentamente. La espuma de cerveza se generó rápidamente al principio del proceso de vertido de abajo a arriba, y el colapso de la espuma de cerveza duró 25 veces más que su formación."
También observó cómo a mayor temperatura y mayor presión, mayor desarrollo de espuma. Asimismo, que el tamaño de las burbujas es, en última instancia, el factor clave para la estabilidad de la espuma.
Declaró: "Los resultados indicaron que cuanto mayor es la temperatura de la cerveza y mayor es la presión del grifo, mayor es el desarrollo de espuma y la altura de espuma asociada, pero no necesariamente la estabilidad de la espuma."
Pero, a pesar de ello, los logros que el nuevo modelo puede ayudar a las empresas cerveceras a mejorar la cerveza sirven de mucho. Explicó: "Al simular con precisión el proceso de espumado, nuestro modelo puede ayudar a mejorar la calidad del producto final, reducir costes y aumentar la productividad".
Lyu insinuó que aún quedaban otros descubrimientos cerveceros en los que esperaba colaborar, y señaló que el modelo podría adaptarse a distintos estilos de cerveza. Y concluyó: "Las investigaciones futuras deberían centrarse en la influencia de la forma de la boquilla, la presión y la temperatura en la entrada, y el uso de distintos tipos de cerveza".