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La cosecha 2024 de Nueva Zelanda podría ser "significativamente inferior" a la de los dos últimos años

A pocas semanas del comienzo de la vendimia neozelandesa, los informes hablan de una calidad "cercana a la ideal", pero de volúmenes sustancialmente menores en todo el país.

Era de esperar un rendimiento reducido para la cosecha de 2024, dados los daños generalizados causados en los viñedos neozelandeses cuando el ciclón Gabrielle azotó la Isla Norte del país en febrero de 2023.

Se calcula que se produjeron daños por valor de 13.500 millones de dólares neozelandeses (8.420 millones de dólares estadounidenses ) y se perdieron unas 20.000 toneladas de uva.

Aunque ya ha habido una cosecha (2023) desde el paso de Gabrielle, la destrucción causada a las vides y a la infraestructura de los viñedos no es algo que pueda rectificarse rápida, fácil o completamente.

A pesar de ello, los productores de vino tienen "una verdadera sensación de expectación este año", según Philip Gregan, Director General de New Zealand Winegrowers.

Y parece que otro fenómeno meteorológico está ayudando a equilibrar la balanza.

"Tradicionalmente, El Niño aporta mucho calor y sol a nuestras regiones vitivinícolas, y sin duda ha sido el caso esta temporada", afirma Gregan, lo que ha dado lugar a unas condiciones "casi ideales" para la uva.

"Todos los informes que estamos recibiendo sugieren que la maduración avanza bien y la presión de las enfermedades es baja. Con las uvas en excelentes condiciones, parece que nos dirigimos hacia otra cosecha de vino neozelandés de calidad", añade.

Rendimiento más ligero

Aunque se espera que la calidad sea alta, los volúmenes de vino no alcanzarán ni de lejos los del año pasado.

"A nivel nacional, esperamos que la cosecha de 2024 sea inferior a la de los dos últimos años, quizá de forma significativa", afirma Gregan. "Estamos a punto de realizar nuestra encuesta de bodegas previa a la vendimia y esperamos que confirme todos los informes anecdóticos de una cosecha menor en 2024".

En 2023, Nueva Zelanda cosechó 501.000 toneladas de uva y exportó más de 2.000 millones de dólares en vino. Esto supuso un descenso del 6% en volumen respecto a 2022 (532.000 toneladas). A pesar de ello, como db informó en su momento, el valor del vino neozelandés en 2023 se disparó un 23%, gracias en gran parte a que los productores cobraron más por sus vinos.

Antes, la producción de 2021 cayó un escandaloso 19%, hasta alcanzar las 370.000 toneladas, en comparación con 2020 (457.000 toneladas), a causa del doble desafío de Covid-19 y la escasez de mano de obra, debido al cierre de la frontera neozelandesa.

Y en 2019 se cosecharon un total de 413.000 toneladas.

Alrededor del 90% del vino neozelandés se exporta, y sus tres mayores mercados son Estados Unidos, Reino Unido y Australia.

En mayo del año pasado, se secó la tinta de un acuerdo de libre comercio entre Nueva Zelanda y el Reino Unido, por el que se eliminaron los aranceles de más del 97% de las exportaciones neozelandesas.

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