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Las bodegas argentinas, en pie de guerra contra los derechos de exportación del 8

Una campaña liderada por Bodegas de Argentina, la cámara empresarial que representa a más de 250 bodegas argentinas, pide al Gobierno que elimine los nuevos derechos de exportación del 8% que se van a imponer a las bodegas.

Argentina se enfrentó a un año turbulento en 2023, con una inflación del 140% y el umbral de pobreza alcanzando al 40% de la población, lo que llevó a la población a votar en diciembre al primer presidente libertario del mundo, Javier Milei. En su primer día de mandato, Milei introdujo recortes y cambios drásticos, incluida la devaluación del peso argentino en un 50%.

Antes de la devaluación, el peso había estado estrictamente controlado por el anterior gobierno peronista durante varios años, lo que provocó una economía dividida, con una cotización oficial de 360 pesos por dólar a principios de diciembre y el "dólar azul" del mercado negro no oficial en torno a los 960 pesos.

Aunque la mayoría del sector vitivinícola acogió con satisfacción el acto de devaluación del peso, que hace más favorables las exportaciones, el anunciado aumento de los derechos de exportación del 0% al 8% apenas unos días después fue un golpe devastador.

"Estamos presionando para que eliminen estos aranceles", afirma Milton Kuret, Director Ejecutivo de Bodegas de Argentina. "El vino añade valor a la economía local, y no creemos que deba tener aranceles. Afectará directamente a la rentabilidad de las exportaciones de las bodegas y aumentará los costes. Añadir impuestos en este momento, cuando las ventas ya están cayendo, no tiene ningún sentido. Sólo causará más problemas".

Bodegas de Argentina ha lanzado esta semana una campaña en las redes sociales para concienciar a la opinión pública de cómo afectará el aumento de los derechos al sector vitivinícola y a la economía. En ella, afirman que los derechos de exportación pondrán en riesgo la competitividad internacional de Argentina y sólo conducirán a una mayor caída del valor de las exportaciones (que ya cayeron un 30% el año pasado), mientras que sólo aportarán unos ingresos de 60 millones de dólares para el Estado, lo que representa menos del 0,005% del gasto público.

"Queremos que nuestros vinos sigan siendo competitivos y puedan posicionarse en los mercados internacionales", subraya Kuret. "Sobre todo este año, ya que estamos seguros de que tendremos una buena cosecha".

La noticia es un trago especialmente duro para el sector vitivinícola argentino, que no sólo se enfrenta a una inflación paralizante y a unos costes en alza, sino que en 2023 se vio duramente afectado por uno de los rendimientos más bajos jamás registrados debido a fenómenos meteorológicos adversos.

Los productores consideran que las medidas que se están tomando en Buenos Aires no se ajustan a la realidad de los retos a los que se ha enfrentado el sector vitivinícola en los últimos años: "Siempre da la sensación de que Mendoza está en el lado equivocado de Buenos Aires y que aquí se olvidan de nosotros", afirma David Kingsbury, socio de Stella Global Wine Brokers, uno de los principales intermediarios de Argentina. "Creo que todo el mundo está muy decepcionado. Tuvimos un breve período de luna de miel con Milei y, de repente, nos encontramos con esto. Está claro que necesitan devolver dinero a las arcas y creen que el sector del vino es la forma de hacerlo".

Actualmente, los derechos de exportación del 8% se están debatiendo en el Congreso y se votarán en las próximas dos semanas.

Bodegas de Argentina está presionando a los políticos e intentando concienciar y conseguir apoyo con su campaña en las redes sociales, con la esperanza de que el Gobierno de Milei dé marcha atrás en sus propuestas. Puede seguir la campaña en las redes sociales en los siguientes enlaces:

Amanda Barnes es corresponsal en Sudamérica del periódico especializado en bebidas y autora de Guía de vinos de Sudamérica.

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