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Unas monjas holandesas lanzan una campaña para cambiar 60.000 botellas de vino excedentarias
Un convento holandés está repleto de vino después de que un verano "extremadamente" caluroso y seco les dejara un exceso de botellas.
La hermana María Magdalena de Sint-Catharinadal, en Oosterhout, al sur de los Países Bajos, ha hecho un llamamiento en vídeo para ayudar al convento a trasladar un excedente de vino tras una cosecha abundante.
Según la hermana Magdalena, una organización agrícola local está ayudando a las monjas a vender sus vinos tanto por Internet como a través de las bodegas, con botellas de su mezcla blanca 2022 (Pinot Blanc, Pinot Gris y Auxerrois Blanc, variedad alsaciana) a 14,50 euros cada una.
Las botellas de Pinot Noir/Gamay rosado de las monjas también se venden al mismo precio.
Hasta ahora se han vendido unas 5.000 botellas de vino.
"El año pasado tuvimos un verano estupendo, con temperaturas cálidas, y la cosecha promete ser excelente, con más de 60.000 botellas", explica Sor Magdalena para explicar por qué el convento dispone de tanto vino.
Tras empezar a elaborar vino en 2014 para financiar el mantenimiento de los edificios del convento, a las monjas se les había prometido un acuerdo con la aerolínea KLM en 2020 para vender sus vinos. Sin embargo, el acuerdo no se llevó a cabo, lo que les dejó con un exceso de existencias.
Thibaud van der Steen, cofundador de la organización Breda Maakt Mij Blij, que ayuda a productores, agricultores y ganaderos a vender sus excedentes, explica que las monjas le llamaron hace unas semanas para pedirle ayuda.
Según informa The Guardian, van der Steen recuerda: "Nos llamaron diciendo: 'Tenemos tanto vino que no sabemos qué hacer con él, y tenemos problemas con la crisis energética en un edificio mal aislado'. Así que hicimos un vídeo y montamos una campaña para ellos".
Van der Steen añadió que "hoy en día, el vino holandés es casi siempre bueno" y confirmó que "éste es un vino con historia".
Sor Magdalena explicó a la prensa neerlandesa por qué el convento decidió elaborar vino en lugar de la cerveza, más tradicional en las órdenes sagradas:
"No nos pareció apropiada la cerveza en un convento. El vino encaja mejor. Es bíblico y apunta a Jesús".
Sint-Catharinadal no es la única iglesia que atraviesa tiempos difíciles en lo que respecta a la bebida. A principios de año, db informó de que las cervezas trapenses belgas corren peligro porque cada vez menos personas sienten la llamada a convertirse en monjes.